
CIENTOS DE VIZCAINOS VISITAN LA BASÍLICA DE BEGOÑA PARA RENDIR UN CARIÑOSO HOMENAJE A LA PATRONA DE BIZKAIA
Isabel, Tina, Encarni y Merche se emocionan cuando hablan de la Virgen de Begoña. “No se puede explicar… Es algo especial; la Amatxu de todos los vascos, con mayúsculas”, defienden con vehemencia mientras inmortalizan con su cámara su visita a la basílica. La patrona de Bizkaia despierta un sentimiento muy especial. “Yo me emociono muchísimo… Cuando entro en cualquier iglesia me acuerdo siempre de ella”, admite Isabel. Como estas cuatro amigos, centenares de romeros se acercaron ayer a la basílica de Begoña que celebró durante toda la jornada el día de la Amatxu. Todos ellos con el pañuelo morado al cuello y un paquete de rosquillas, como manda la tradición.
Beatriz Fernández y su marido hacía años que no subían a Begoña el día de la patrona. Sin embargo, ayer se animaron a retomar la tradición con su hijo Kimetz, de tres años. “Cuando éramos pequeños veníamos con el colegio”, recordaban mientras enseñaban al pequeño cómo giraban las campanas de la basílica. Para ellos, la Amatxu también es especial. “Es su día, el día de la Amatxu. Es la madre de todos los bilbainos, la referencia, más que la catedral de Santiago”, explicaban.
Desde primera hora de la mañana, algunos a pie a través de las calzadas de Mallona y otros por el ascensor, centenares de devotos de la Virgen de Begoña volvieron a subir hasta la basílica para homenajear a la Amatxu. Animados por txistularis, por el camino se cruzaban los que ya habían cumplido con la tradición de visitar el templo a primera hora de la mañana y caminaban ya de vuelta -un paseo por el Casco Viejo estaba entre los planes más comentados- y los que se lo tomaban con más calma. Charo Lesmes y su marido llegaron desde Barakaldo y subieron a pie los más de 300 escalones que separan la plaza Unamuno de las campas de Mallona. “No cuesta, qué va…”, bromeaban frente al templo de la Virgen. El 15 de agosto, día en el que se conmemora la Asunción, suelen estar de vacaciones, así que tienen marcado en rojo el 11 de octubre en el calendario. No fallan ni un año. “Es una tradición. Venimos siempre, aunque esté lloviendo, como pasó el año pasado”, contaban con los tradicionales pañuelos al cuello. Ayer visitaron la basílica por la mañana, pero también ha habido años en los que lo han hecho por la tarde, coincidiendo con la romería. “Depende de si nos toca trabajar ese día o no”, relataban. El plan que tenían no podía ser más apetecible: subir a Begoña, escuchar misa, comer un talo y a ver la ofrenda de los txikiteros. “Es un día especial, no lo pasamos muy bien”. Valen y Laura tampoco suelen faltar a su cita con la Amatxu, aunque ellos, que viven al lado, lo tienen más cerca. “Venimos todos los años”, aseguraban mientras esperaban a su hijo y su nieto. Vecinos de Begoña y las Siete Calles, recordaban que desde pequeños han acudido a la basílica cada 11 de octubre. Por la tarde les esperaba también una cita con los txikiteros y el ambiente inmejorable por el Casco Viejo. “Es un día muy bonito, como lo son todos. Hay que planteárselo así”, parafraseaba Valen a Joan Manuel Serrat.
Pasen los años que pasen, hay tradiciones que nunca se pierden. ¿Qué sería un día de Begoña sin rosquillas? “¡Impensable!”, aseguraba Pili, una de las vendedoras que jalonaban el paseo junto a la basílica. Rama de laurel en mano, iba preparando los paquetes de rosquillas que vendía en su puesto, a 4,5 euros el paquete pequeño de 8 unidades y a 6,5 el grande. “Se siguen vendiendo mucho”, admitía. Una churrería tentaba también desde la otra acera a los más golosos y una txosna de talo remataba a los que se decidían por un hamaiketako más contundente. Las diez misas que acogió la basílica a lo largo de todo el día -la de las 12.00 estuvo celebrada por el obispo, Mario Iceta-, convirtieron los alrededores de la basílica en un ir y venir incesante de gente. Iker, Clara y Aldo amenizaban la romería con sus instrumentos musicales. Miembros de la asociación Behotsik, aprovecharon la jornada para dar a conocer la orquesta sinfónica que conforman y recaudar fondos para su local.