Todo empieza un verano de 2011 cuando un grupo de amigos y compañeros de conservatorio tuvieron la idea de montar una orquesta para seguir disfrutando de su pasión por la música y, sobre todo, para hacerlo en un ambiente agradable y distendido.
Con la lista de nombres que apuntaron en una servilleta de papel como referencia, empezaron a proponerles la idea a los compañeros más cercanos primero, y a toda la gente que pensaron que podría interesarles el proyecto después. A todos les gustó la idea, ya que hacer música entre amigos es algo que hay que probar para poder entender.
Así, sin más pretensiones que hacer música juntos (y lo más importante, hacerlo como ellos querían) se juntaron un grupo de 20 personas, que enseguida comprendieron que para que aquello no quedara como el sueño de una noche de verano tenían que consolidar el proyecto.
Sin perder un segundo, y con la vista puesta en iniciar la actividad como orquesta en septiembre de ese año, comenzaron a redactar los estatutos para la constitución de una asociación musical, a mirar lugares para ensayar y a buscar más músicos para la orquesta.
Quizá el atrio de Behotsik es el espacio donde el contagio se produce, donde el poder arcano y fascinante de la música hiere a una sociedad ayuna de detenerse, sentarse y escuchar. Una gran labor y un enorme y admirable empeño.
Joseba Lopezortega – KLASSIKBIDEA
Apenas con la plantilla cubierta recibieron ya su primera llamada como orquesta en febrero de 2012, nada menos que del director rumano Sergiu Andrei que les quería llevar a Alemania para hacer una serie de conciertos con la orquesta EuroCamerata en distintas ciudades del estado de Baden-Württemberg.
Lo que se presentaba como la primera prueba de fuego para la orquesta se convertiría en los años venideros en una cita anual con la que cumpliría la orquesta ininterrumpidamente hasta el año 2017 con conciertos en Alemania y Paris, en las que interpretarían numerosas obras sinfónicas y concertantes de Beethoven, Mozart, Strauss, Barber, Tchaikovsky etc. acompañados de solistas de distintos países, y que, además propiciaría el intercambio cultural entre músicos de distintas nacionalidades que también ofrecerían sus conciertos en diferentes puntos de Bizkaia (Bilbao, Larrabetzu, Lekeitio…) formando así una gran orquesta sinfónica de vocación internacional.
Con el impulso y la ilusión de esta primera aventura musical comienzan a ensayar para ofrecer un primer concierto de bandas sonoras que tiene lugar el 14 de diciembre de 2012 en el Colegio jesuita de Nuestra Señora de Begoña con la vocación de ofrecer un programa atractivo para el público joven, programa que, por su acogida, repiten en Bizkaia Aretoa del Paraninfo de la Universidad del País Vasco en la ceremonia de clausura de las jornadas de formación organizado por Osakidetza.
En la temporada 2013/2014 la Orquesta Behotsik mostraría su lado más solidario en los conciertos benéficos llevados a cabo para Stop Sanfilippo entre los que se encuentra la actuación en el Paraninfo de la Universidad de Deusto con solistas de primer nivel, organizada por Concerts4Good, iniciativa mundial que promueve y coordina conciertos en apoyo de entidades con fines sociales.
Pero esa temporada, por más que nos enorgullezca, no termina ahí.
De su mano vendrían las primeras colaboraciones con instituciones (actuando para los amigos del Museo Guggenheim) y la organización conjunta de conciertos con otras entidades culturales (a través del proyecto “Euskal Herria Bizi”, espectáculo de danzas vascas sinfónicas acompañados de Arraizpe Dantza Taldea).
No obstante si tenemos que quedarnos con un hito conseguido esa temporada, sería sin duda nuestra entrada como orquesta en el Festival Musika-Musica, en el que tuvimos ocasión de interpretar obras de Beethoven y Brahms nada menos que en el Palacio Euskalduna. Todo un reto musical para nosotros, que iríamos superando año a años en las sucesivas ediciones del festival.
Habiendo dejado el listón muy alto, la temporada 2014/2015 empezaba con bastantes bajas en la plantilla de la orquesta y con un reto importante debajo del brazo: preparar un programa de rock sinfónico interpretando los inmortales temas del Rock and roll con instrumentistas de excepción al bajo, guitarra eléctrica y batería, y reforzando nuestra plantilla con el Grupo de Percusión del Conservatorio de Barakaldo.
Ni que decir cabe que Behotsik Symphonic Rock Tour 2015 fue un rotundo éxito, hasta tal punto que actuaría de catalizador para posteriores proyectos de este tipo, con una característica común: proyectos que, a priori parecen irrealizables, pero que con trabajo y entusiasmo se sacarían adelante.
Ese trabajo y entusiasmo es el que alumbraría en la temporada 2015/2016 el programa A Disney Dream, un espectáculo dirigido a un público familiar que a través del teatro, las canciones, el baile y la música llevaría a los espectadores por un recorrido musical a través de las bandas sonoras de las películas de la factoría Disney.
Un salto cualitativo en lo que a logística se refiere: la redacción de un guion teatral que sirviera de hilo conductor, la colaboración con el grupo de baile “Tropic Dance” y con dos cantantes de excepción, la elaboración de los decorados, disfraces, la realización de los arreglos musicales…en definitiva un ambicioso desafío que tuvo una increíble aceptación en todos los auditorios donde se llevó el espectáculo (con más de 700 personas en el Colegio de Berrio Otxoa y agotando todas las localidades del Teatro Barakaldo).
Aunque sin duda alguna la representación más especial de este espectáculo tuvo lugar muy lejos de una sala de concierto o un teatro convencional, y que para el recuerdo de todos los que participamos y ejemplo de la capacidad de improvisación y de resiliencia ha quedado en nuestra historia como orquesta.
Dirigiéndonos a ofrecer el concierto en la localidad riojana de Haro, estábamos ya en el autobús el mismo día del concierto nos dijeron que se había suspendido nuestro concierto y el resto de actividades programadas de las fiestas que se celebraban en Haro en señal de duelo por la muerte esa misma mañana de un exalcalde querido en la localidad.
Rápidamente, con el autobús parado en el arcén, con todos los músicos, compañía de teatro, cuerpo de baile, cantantes y con el maletero cargado del atrezzo y los disfraces, nos pusimos a buscar un sitio donde poder llevar a cabo el espectáculo. Éramos lo que se dice un circo ambulante buscando carpa. Aunque la carpa la echamos en falta cuando recibimos el SÍ de la casa de cultura de Markina, que a pesar de mostrarse entusiasmada con el concierto no tenían ningún espacio para poder llevarlo a cabo ese mismo día. Con total incertidumbre pero con decisión pusimos rumbo a Markina, que por no tener, no tenía ni el frontón disponible.
Improvisando camerinos en un garaje, sillas de toda clase y condición y un callejón cerrado como escenario oportuno, llevamos a cabo uno de los conciertos más especiales que recordamos por las circunstancias en las que nos encontrábamos, concierto que reforzó uno de los lemas no escritos que abandera la orquesta: querer es poder.
Sin embargo no todos los desafíos de esa temporada se vieron recompensados con el calor del público, ya que a pesar de llevar semana preparando fragmentos de la Novena Sinfonía (“Del Nuevo Mundo”) de Dvorak para interpretarla frente al Ayuntamiento de Bilbao acompañando a una proyección de imágenes en movimiento sobre la fachada en el marco de las actividades organizadas por la Noche Blanca, no pudimos salir al escenario al aire libre por culpa de la traicionera meteorología bilbaína (a pesar de intentarlo en varias ocasiones). Sin embargo, la capacidad de trabajo y el entusiasmo de la Orquesta Behotsik no pasaron desapercibidos y propició futuras colaboraciones con los profesionales e instituciones que colaboraban en el acto.
La temporada 2016/2017 estuvo presidida por las celebraciones del 5º aniversario de Behotsik.
Directores invitados, la ejecución de un Flashmob en la estación de tren Indalecio Prieto de Abando y nuestra primera intervención como promotores musicales, marcaron un antes y un después en la historia de la orquesta, más teniendo en cuenta que lo que teníamos entre manos era la “Flauta Mágica” de Mozart versionada para un público infantil por la compañía “Ópera Divertimento”, que nos llevó a Madrid para interpretarla conjuntamente con la Joven Orquesta de Colegios Mayores de Madrid (JOECOM), orquesta similar a la nuestra en idiosincrasia y organización con la que nos puso en contacto el fundador de movimiento Fair Saturday con el que habíamos empezado a colaborar ya en la pasada temporada en un concierto benéfico ofrecido en el Museo Maritimo de Bilbao.
Precisamente de la mano del Fair Saturday y con la colaboración de la JOECOM tuvo lugar en la temporada 2017/2018 uno de los conciertos más grandes que se recuerdan en la historia de la orquesta con más de 75 músicos en el escenario (incluyendo a los rockeros del grupo Caledonian Road) y con más de 1200 personas de público.
También hubo momentos especiales como el estreno mundial de la obra “Eguberriko Kantata” de nuestro compañero y violinista Borja Mollá, que tuvo lugar un irónico 28 de diciembre en el Teatro Barakaldo, momentos para hacernos más visibles y abrirnos a la comunidad académica como en las charlas TEDxUDeusto en las que tuvimos ocasión de actuar en el Palacio Euskalduna, y momentos para sacar pecho y sentirnos muy orgullosos como nuestra actuación en el Auditorio Natural de Pozalagua y la colaboración con la rapera Aneguria en su disco Frambuesas y Palomitas, con conciertos en el Kafe Antzokia y… nada menos que en el Bilbao BBK Live! Siendo la primera orquesta sinfónica en actuar en el festival.
No nos equivocamos al decir que ninguno de los músicos fundadores hubiera imaginado ni en sus mejores sueños el recorrido que ha tenido la orquesta en apenas 6 años de historia. Tampoco nos equivocamos al pensar que esto no ha hecho más que empezar y que los únicos límites son los que la imaginación y el buen hacer de todas las personas que integran la familia Behotsik se quieran poner.
Sin duda Behotsik es una sinfonía inacabada a la que todavía le quedan muchos compases por escribir, y de la que todavía no se vislumbra su grandioso acorde final.